viernes, 26 de junio de 2009

SENSACIÓN Y PERCEPCIÓN



I.- Conducta Biológica

1.1.- Psicofísica, empirismo y Gestalt: conducta

En el s. XVIII la Psicología que se estudia se aparta cada vez más de la Metafísica, y continuando en el racionalismo, postula una base que intenta ser más científica: la de no aceptar nada que no proceda de la experiencia sensible. El hombre, así, es considerado esencialmente como cuerpo (como realidad extensa); y entonces entre animal y hombre no habría más que una diferencia de grado; el obrar humano sería resultado únicamente de un juego de fuerzas, estímulos sensibles y reacciones de los sentidos. Ésta es la postura del empirismo.

Al empirismo ya no le interesa tanto la esencia del alma, sino sus manifestaciones y éstas centradas en un conocimiento a través de la experiencia (Bacon) y experiencia sensible (Hobbes). Locke hace la distinción entre experiencia interna (reflexión) y experiencia externa (sensación). Su contribución más importante a la Psicología reside en que hizo explícitas las posibilidades de una teoría de la asociación, que debía empezar con los datos de la experiencia y elaborar las leyes que rigen las interrelaciones y sucesiones de unas experiencias con otras; el germen del asociacionismo ya era evidente en la obra de Hobbes, la cual a su vez tiene antecedentes en Aristóteles. La exposición de Locke de las consecuencias del empirismo y de la posibilidad, mediante el análisis, de comprender el origen y organización de las ideas, dotó al enfoque empírico de una mayor difusión y fortaleza.

Posteriormente, G. Berkeley utilizó el concepto de «cualidades sensoriales» y se convirtió en uno de los fundadores de la teoría de la asociación. Pero David Hume matiza mejor los términos: sensación, representación e idea; las sensaciones son experiencias primarias capaces de dejar una huella en la memoria y volver a presentársenos como representaciones; estas representaciones son paralelas a las sensaciones, salvo en la parte que la fantasía o la inteligencia altera por relación con otras sensaciones; estas alteraciones pueden ser de cuatro tipos, según Hume: por semejanza, contraste, vecindad y causalidad. Lo que entendemos por ideas se apoya sobre estas representaciones, y para Hume lo único auténticamente seguro que nos acerca a la realidad serían las sensaciones.

J. F. Herbart (1776-1841) construye una Psicología Racional científica basada en una «mecánica de la conciencia», como único soporte de los fenómenos psíquicos, sobre el que va a operar el asociacionismo. F. E. Beneke (1798-1854) proclamó abiertamente que la Psicología debía ser «la ciencia natural del alma humana» y R. H. Lotze (1817-1881) intentó alcanzar una concepción psicológica que satisfase ciencias naturales. Es de destacar la obra de Th. Brown (1778-1820), que procuró dar un tratamiento empírico al problema de las conexiones mentales y emprendió el análisis de los múltiples factores que determinan el curso de la asociación enunciando sus famosas «leyes secundarias», según las cuales la vida psíquica no es una simple concatenación de datos de los sentidos, sino que lo que la caracteriza es la capacidad de captar relaciones. Sus aportaciones hicieron posible el desarrollo ulterior del asociacionismo con H. Spencer (1820-1903), A. Bainyy (1818-1903) y J. Mill (1773-1836).

Si bien la línea clásica de la teoría asociacionista ha sido desechada, el asociacionismo dio vida a muchos movimientos psicológicos; así, p. Ej., inspiró gran parte de los trabajos iniciales de P. Janet, S. Freud y K. Jung; perfiló los primeros trabajos sobre las respuestas condicionadas; y sirvió de guía a los estudios sobre el aprendizaje efectuados por E. Thorndike y H. Ebbinghaus.

Gracias al enorme desarrollo de las ciencias naturales en la primera mitad del s. XIX y la aparición del método científico-experimental, delimitándose del método científico-filosófico, se va delimitando también el campo de lo psicológico o psíquico, como un conjunto de fenómenos peculiares, observables y estudiables empírica y experimentalmente, atendiendo sobre todo a los datos de la conciencia. Quedan así los problemas generales y el estudio de los seres sujetos de esos fenómenos en el campo más propio de la Psicología filosófica o Metafísica de los vivientes; aunque muchos no se dan cuenta de ello, y erróneamente abandonan o, mejor, pretenden abandonar la Filosofía. Pero como es imposible que el hombre abandone el conocimiento intelectual y filosófico, aparecen multitud de pseudo filosofías o pseudo metafísicas como muestra la historia del racionalismo, que interpretan muchas veces equívocamente los datos experimentales.

El fundamento científico de toda la Psicología de la forma (traducción aproximada del término alemán Gestalt), de que un todo no es igual a la suma de las partes, no es un descubrimiento de los psicólogos alemanes de principio del s. XX. Realmente, toda la filosofía que ha criticado, y que no es, en una palabra, el mecanicismo, cree y conoce ese fundamento. El cuerpo humano para todos los filósofos, excepto los mecanicistas, es algo más que un agregado de partes; es unidad, totalidad organizada que supera la simple suma de sus partes. Sin embargo, en la Psicología experimental esta idea resulta nueva; tan nueva como que al principio la Psicología de la Gestalt fue tachada por los experimentalistas y empiristas de improcedente y revolucionaria. La Psicología de la forma tiene sus raíces en las observaciones de algunos discípulos de Brentano, como C. Stumpf (1848-1936), A. Marty (1847-1914), A. Meinong (1853-1920) y especialmente Ch. von Ehrenfels (1859-1932): su verdadero fundador es Max Werthemeir (1880-1943) y sus más importantes representantes W. Kóhler (1887-1967), K. Koffka (1886-1941) y K. Lewin.

Los gestaltistas no niegan de un modo absoluto el valor de las experiencias psicofísicas y psicofisiológicas, pero coinciden con la psicología comprensiva y con la fenomenología en considerar que ahí no acaba la realidad psíquica. Por otra parte, coinciden con el conductismo en su crítica del predominio exclusivo de los métodos introspectivos, pero también acusan a los conductistas y a los reflexólogos de haberse dejado arrastrar por el método de la asociación.
La Psicología de la forma tiene, pues, su punto de partida en el estudio de la percepción, pero pronto aplicó sus principios al campo del pensamiento y de la inteligencia, al aprendizaje, memoria, evolución psíquica, conducta, etcétera. Es decir, lo que en un principio se inició como un intento de esclarecer el problema parcial de la percepción visual, terminó por exigir una revisión integral de lo que algunos pensaban eran los principios fundamentales de la ciencia. Como hemos dicho, la Psicología de la forma se pronuncia en contra del concepto según el cual los elementos, considerados como existencias entre sí, constituyen la materia de que está formada la percepción. En otras palabras: el elementalismo no sólo da una imagen falsa; impide además observar lo que está frente a nosotros. El error de los elementos trae como consecuencia el de las asociaciones y el análisis de la experiencia no es de ninguna manera idéntico a la experiencia original. El conductismo no admite más que la experiencia objetivable, frente al introspeccionismo, cuyo método es una observación interna de la mente. Sin embargo, la psicología gestaltista admite de alguna manera los dos principios básicos de ambas direcciones: la conducta y la conciencia; pero no admite en modo alguno el uso exclusivo de uno de ellos como método. En consecuencia, se erige en intermediaria y participa a la vez de la conducta y de la conciencia, de lo experimentable y de lo no experimentable.
II.- Sensación
2.1.- Definición y Naturaleza
Sensación: Envuelve dos elementos

1- Estimulación de los receptores sensoriales

Los receptores sensoriales son células especializadas capaces de
Transformar energía física en impulsos nerviosos

2- Transmisión de mensajes neuronales desde los receptores sensoriales hasta el sistema nervioso central

B- Percepción

Proceso por el cual la información sensorial es organizada e interpretada

La sensación es un proceso más de carácter biológico, mientras que la percepción responde más a lo psicológico.

II- Algunos conceptos relacionados a la sensación

A- Umbral Absoluto - Intensidad minima que debe tener un estimulo para que puede ser detectado conscientemente

B- Umbral Diferencial - Diferencia minima necesaria en la intensidad de dos estímulos para que puedan ser conscientemente detectados como diferentes.

C- Ley de Weber - Señala que el umbral diferencial es una proporción y no una constante. Por eso, para diferenciar entre dos estímulos de alta intensidad se necesita una cantidad mayor que para diferenciar entre dos estímulos de baja intensidad. Por ejemplo: es posible detectar la diferencia entre 1 y 2 lbs. Pero no entre 50 y 51 lbs.

D- Adaptación - Ajustes a la estimulación sensorial

1- Adaptación positiva o sensibilización - Cuando nos volvemos más sensitivos a una determinada información sensorial

2- Adaptación negativa o desensibilización - Cuando perdemos sensibilidad a un estimulo por exposición prolongada al mismo.

III.- Percepción

3.1.- Definición y naturaleza

3.2.- Proceso perceptual

3.3.- Anomalías de la percepción

La disfunción olfatoria es más común que la disfunción gustativa debido a la vulnerabilidad y particularidades anatómicas del sistema olfatorio, y porque la disminución de la función olfatoria es parte del proceso normal de envejecimiento. Dichas alteraciones pueden ser causadas como consecuencia de medicamentos, infecciones de vías respiratorias, enfermedades de nariz y senos paranasales (sinusitis), depresión, hipotiroidismo y algún daño de los nervios intracerebrales o periféricos nasales. El trauma craneal está dentro de las primeras causas de alteraciones del olfato, mientras que las infecciones orales (Ej. gingivitis y candidiasis), los dispositivos orales (dentaduras y obturaciones dentarias), los procedimientos dentales y la parálisis de Bell son las causas más frecuentes de alteraciones del gusto.
El término anosmia se refiere a la ausencia total de olfato; hiposmia se define como disminución de la sensibilidad para captar olores, y disosmia se refiere a la percepción alterada de olores.
La disosmia puede ser subclasificada en fantosmia (situación que hace percibir olores cuando no existen) y parosmia o troposmia (percepción alterada de un olor con o sin estímulo presente).
Ageusia se refiere a la ausencia de la sensación del gusto; hipogeusia es la disminución simple del gusto, y disgeusia se refiere a la percepción alterada del gusto con o sin presencia de estímulo alimenticio o químico.
Los desórdenes del olfato son graves porque dañan el sistema temprano de aviso que puede alertar a una persona de cosas como las siguientes:
• Incendio
• Gases venenosos
• Fuga de gas
• Alimentos o bebidas en mal estado
Las anormalidades del sentido del gusto y el olfato pueden acompañar o indicar la existencia de enfermedades o condiciones tales como:
• Obesidad
• Diabetes
• Hipertensión
• Mala nutrición
• Enfermedades degenerativas del sistema nervioso tales como:
• La enfermedad de Parkinson
• La enfermedad de Alzheimer

Unidad IV.- Percepción de los diferentes estímulos

4.1.- Vista

Anatomía

Los mensajes visuales que recibimos, nos llegan a través de la incidencia de la energía radiante de una fuente de luz y/o de los reflejos de ella en los objetos, que finalmente entra en el ojo. Así pues, el ojo es la estructura anatómica que contiene los elementos funcionales capaces de cumplir con la recepción de la energía radiante --luz-- y de transformarla en energía nerviosa --hasta aquí, proceso sensorial o sensación--, que llega hasta el cerebro, siendo éste último donde se lleva a cabo el fenómeno de la percepción. De esta manera podemos ubicar tres elementos fisiológicos necesarios para que se lleve a cabo la comunicación por medio del sistema visual: 1) el ojo; 2) los nervios ópticos; y 3) el cerebro.
A continuación se profundizará un poco en la estructura y funcionamiento de estos tres elementos para poder comprender de manera integral el proceso de percepción (Birren, F., 1955 y Cohen, J. 1977).
El ojo es una esfera compuesta básicamente por tres tipos de capas: la esclerótica, las coroides y la retina. En líneas posteriores se describen cada una de ellas, así como sus prolongaciones y otros elementos del ojo que juegan un papel relevante en el proceso de la visión.

Esclerótica: Es la capa que recubre el globo ocular, con excepción del frente. Es una membrana fibrosa, opaca y resistente para protección del ojo (el blanco del ojo).

Retina: Superficie sensible a la luz que recibe la imagen. Se encuentra en contacto con las coroides y podría decirse que la cubre hasta el iris. En ella se proyectan invertidas las imágenes y de ahí se trasmiten al sistema nervioso central. La retina contiene los neuroreceptores sensibles a la luz: los conos y los bastones. De ella parte el nervio óptico por lo que se dice que es una extensión del mismo.

Conos: Son elementos fotosensibles los cuales son los responsables de las sensaciones cromáticas (colores) y de la agudeza visual y sensibles a estímulos luminosos de niveles altos. Existen 7 millones de conos distribuidos en toda la retina. Sin embargo, la mayoría de los conos se concentra en la parte central de la retina denominada fóvea.

Bastones: Al igual que los conos, son elementos fotosensibles pero solamente a la presencia o ausencia de luz --sensaciones acromáticas (Blanco, negro y gris)-- y a estímulos luminosos. Hay aproximadamente 130 millones de bastones en la retina. La mayoría de los bastones se encuentran distribuidos en la periferia de la retina.

Punto ciego: El punto en donde inicia el nervio óptico en la retina se le denomina punto ciego. Se le denomina así ya que en este punto no existen conos ni bastones por lo que en él no se pueden experimentar sensaciones-percepciones visuales.

Nervio óptico: El nervio óptico conduce el estímulo visual del ojo hacia el cerebro pero en forma de energía nerviosa, habiéndose transformado la energía radiante en ésta.

Músculos oculares: Los músculos que sujetan el ojo controlan sus movimientos de manera simultánea a los dos ojos.

Músculos filiares: Los músculos ciliares controlan el enfocamiento, por lo que se activan cuando se mira objetos que se encuentran más cerca que 6.5 metros.

Humor acuoso: El globo ocular tiene dos cámaras, el humor acuoso que es un líquido claro, llena la cámara frontal y el humor vítreo llena la cámara posterior.

Pupila: Consiste en una abertura transparente, en el centro del iris, cuya función es regular la entrada de luz que se proyecta en la retina.

Conjuntiva: Es una membrana delgada y transparente, continuación de la piel facial que cubre el frente del ojo.

Cristalino (lente): Lente semirígido de membranas claras colocado inmediatamente detrás del iris, cuya función es la creación de imágenes. El cristalino también recibe el nombre de lente.

Córnea: Es una prolongación de la esclerótica, es transparente y también cumple con la función de protección del ojo, pero en la zona frontal; no contiene vasos sanguíneos.

Coroides: Es una membrana delgada, aterciopelada, con células de pigmento negro que se encuentra en contacto con la esclerótica. Su función es evitar la degradación por la luz extraviada o reflejos internos de la imagen formada.

Iris: El iris es una lámina opaca y circular, colocada detrás de la córnea y rodeando la pupila. Constituye una prolongación de la coroides y puede variar de pigmentos (ésta estructura es la que diferencia el "color de ojos": negros, cafés, verdes, azules, etc.).

Fóvea: Es una zona de la retina, ubicada en el área central y que resuelve la imagen con el mayor detalle y con color. En la fóvea se encuentran la mayor parte de los conos (5,000,000 de conos y casi ningún bastón). Ordinariamente la más pequeña área de sensibilidad de la fóvea es para el verde, luego el rojo, después el amarillo y el azul. Muchas de las acciones de la visión ocurren en ella.

Con las descripciones proporcionadas en el tema de Anatomía de las estructuras del ojo y su función, de alguna manera ha quedado implícito el funcionamiento del ojo. Para reafirmar ello se presenta una breve explicación de éste --muy simple--, ya que no es el objetivo de este trabajo profundizar en estos aspectos, sino lograr que el alumno lo conozca para que pueda comprender los fenómenos y efectos perceptuales aplicables al diseño.

Antes de ello es necesario definir algunos términos que son esenciales para comprender el aspecto fisiológico de la percepción visual:

1) Estímulo.- Es la energía física que produce actividad nerviosa en un determinado receptor. En el caso de la sensación visual, el estímulo es la energía luminosa. Por lo tanto, existe un estímulo específico para un receptor específico.

2) Receptor.- Es una estructura anatómica sensible a los estímulos físicos. En el caso de la sensación visual el receptor global es el ojo, siendo los conos y los bastones las células fotosensibles. El receptor también cumple con la función de transformar la energía radiante a energía nerviosa.

Los procesos que involucran las estructuras del ojo se le ha denominado el nivel periférico de la visión, ya que no se encuentra presente la participación del sistema nervioso central y corresponde al proceso psicológico de sensación. Los pasos restantes que sí involucran la participación de estructuras del cerebro --sistema nervioso central-- se le denomina nivel central de la percepción y es en la corteza cerebral, destino final del estímulo, donde se lleva a cabo el proceso psicológico de la percepción.
Los pasos del proceso fisiológico de la percepción visual que se llevan a cabo en el ojo, son los siguientes:

1° La luz penetra al ojo por la pupila
En ella se regula la entrada de luz (mayor abertura cuando
Se requiere de mucha luz y menor abertura para el caso contrario) por la acción del iris.

2° Pasa al cristalino donde se enfoca y se crea la imagen.

3° Llega a la retina, donde las células sensibles a la luz --conos y bastones-- reciben la estimulación en energía radiante.

4° Los bastones y los conos se encuentran conectados con las neuronas --células nerviosas--, las cuales pasan el estímulo al nervio óptico. Aquí ha habido una conversión del estímulo original, de energía radiante (luz) a energía nerviosa. El punto en donde inicia el nervio óptico en la retina se le denomina punto ciego. Se le denomina así ya que en este punto no existen conos ni bastones por lo que en él no se pueden experimentar sensaciones-percepciones visuales.

5° El nervio óptico llega al cerebro y se reúne con su par --el nervio del ojo contrario-- en el quiasma óptico. Este tiene como función la redistribución de las fibras nerviosas y tiene forma de X.

6° Después de la redistribución de los nervios, las fibras resultantes se llaman tractos ópticos. Estos penetran en los cuerpos geniculados.

7° De los cuerpos geniculados se conectan con las radiaciones ópticas.

8° Las radiaciones ópticas se conectan con los lóbulos occipitales derecho e izquierdo de la corteza cerebral.

Del primer paso al cuarto comprende la involucración de las estructuras del ojo y se le llama nivel periférico de la visión, ya que no involucra la participación del sistema nervioso central y corresponde al proceso psicológico de sensación. Los 4 pasos restantes involucran la participación de estructuras del cerebro --sistema nervioso central-- y por tanto se le denomina nivel central de la percepción y es en la corteza cerebral, destino final del estímulo, donde se lleva a cabo el proceso psicológico de la percepción.

La localización cerebral, aunque no es definitiva, indica que el hemisferio derecho juega un papel importante en los procesos psicológicos de estructuras video-espaciales complejas.

Aunque el funcionamiento del ojo humano ha sido equiparado con el de una cámara fotográfica, Oborne (1987) nos hace ciertas distinciones en cuanto a las diferencias cualitativas que existen entre ellos. Además de ellas, es relevante hacer notar que una de las ventajas del Sistema Visual Humano es que con los dos ojos se posibilita la visión binocular que ayuda a percibir las relaciones espaciales entre los objetos, dando como resultado la tercera dimensión. La fotografía sólo es bidimensional. El sistema de visión humana permite la percepción visual del movimiento, aspecto que no es captado por la cámara de fotografía.
Estos dos últimos aspectos de la percepción visual humana son integrados a las características de luminosidad y color por conexiones cerebrales, de manera que nos dan una imagen integral del objeto y de su relación espacial y de su movimiento. Los mecanismos fisiológicos de la percepción visual del movimiento y del espacio difieren a los de luminosidad y color. Como se puede observar, el funcionamiento visual humano supera en mucho al funcionamiento de la cámara, aunque existan algunos aspectos similares en cuanto a la estructura y funcionamiento del órgano de la visión humana y de la cámara fotográfica.

1.- El cristalino, que se hace equivalente al lente de la cámara, se encuentra en una posición fija, no se mueve hacia adelante y hacia atrás como en la cámara. Para poder enfocar, el ojo humano utiliza los músculos que halan y hacen que cambie su curvatura.

2.- El diámetro de la pupila, equiparado con el diafragma de la cámara, permite funcionar en un rango mucho más amplio de intensidades de iluminación que la cámara.

3.- La capa fotosensible, en el ojo humano, es curva, lo que compensa la curvatura del lente y por tanto permite un enfoque más rápido y eficaz.

4.- La distribución de los conos y bastones hacen que el grado de sensibilidad en la retina no sea homogéneo y en la película fotográfica que contiene los elementos fotosensibles a la luz, si es homogénea la sensibilidad.

4.2.- Oído

El sistema auditivo central está formado por los nervios acústicos y los sectores de nuestro cerebro dedicados a la audición. Se trata también de la parte de nuestro sistema auditivo de la que menos se conoce. Esto es consecuencia de nuestro escaso conocimiento del cerebro y su funcionamiento en general.

A menudo ignorado, el sistema auditivo central es fundamental en nuestra audición, ya que es allí donde se procesa la información recibida y se le asignan significados a los sonidos percibidos, ya sea que pertenezcan a la música, al habla u otros.

El nervio auditivo contendría alrededor de 30.000 neuronas y su función principal es la de transmitir los impulsos eléctricos al cerebro para su procesamiento. Pero también parecen existir otras vías que conducen impulsos desde el cerebro hasta la cóclea. No se sabe mucho de estas neuronas descendentes, pero aparentemente servirían para ayudar a una especie de ajuste de sintonía fina en la selectividad de frecuencia de las células ciliares e incrementar las diferencias de tiempo, amplitud y frecuencia entre ambos oídos.

El timbre es el atributo que nos permite diferenciar dos sonidos con igual sonoridad, altura y duración. Como se ve, el timbre se define por lo que NO es.

En todo caso, se podría afirmar que el timbre es una característica propia de cada sonido, de alguna manera identificatoria de la fuente sonora que lo produce.

Hay diferentes grados de generalización en la consideración del timbre de una fuente sonora.

Aquello que diferencia elementos de diferentes clases (por ejemplo, una guitarra de una flauta); aquello que diferencia elementos de una misma clase (por ejemplo, dos guitarras); aquello que diferencia las distintas posibilidades dentro de un único elemento (por ejemplo, diferentes posibilidades sonoras tímbricas- en una misma guitarra); aquello que caracteriza las diferencias producidas por la variación temporal de un sonido (el sonido como fenómeno dinámico, que varía en el tiempo).
Los principales factores que influyen en la determinación del timbre son: La envolvente espectral, es decir, la intensidad relativa de los parciales; la envolvente dinámica, en particular la conjunción de las envolventes dinámicas de cada uno de los parciales; los transitorios, que son parciales de muy corta duración que se generan en el ataque, pero también en la caída de un sonido. Ello hace que todos los sonidos tengan siempre una componente de ruido.
El timbre es un fenómeno dinámico, quiere decir que varía en el tiempo. Esto se debe a la evolución de las envolventes dinámicas de cada uno de los parciales que hace que la envolvente espectral (es decir, la intensidad relativa de los parciales) sea distinta en cada momento.

La envolvente tímbrica es la superficie que generan las envolventes dinámicas de todos los parciales que componen ese sonido.

Los umbrales absolutos de la audición son aquellos valores de uno de los parámetros del estímulo físico a partir del cual la sensación comienza a o deja de producirse.

Umbral de audibilidad

El umbral de audibilidad está definido por la mínima intensidad o presión necesarias para que un sonido pueda ser percibido.

Umbrales de frecuencia

Por lo general se toman los valores 20 Hz y 20.000 Hz (20 kHz) como los umbrales de frecuencia de la audición. Es decir, nuestro sistema auditivo no percibe señales con frecuencias menores a los 20 Hz o mayores a los 20 kHz. En otra literatura pueden encontrarse los valores 16 Hz y 16 kHz.

El umbral superior de frecuencias es dependiente de la edad. Con el paso del tiempo se deterioran las células capilares del órgano de Corti, lo que tiene como consecuencia que cada vez percibamos menos las frecuencias agudas.

La exposición prolongada a sonidos dañinos puede contribuir a acelerar esta pérdida de percepción de las frecuencias más agudas. Pero sólo acelerarla.

Umbrales diferenciales
Los umbrales diferenciales de la audición señalan las mínimas variaciones de uno de los parámetros del estímulo físico, necesarias para que se produzca un cambio en la sensación.

Debemos distinguir entre umbrales de mínima variación perceptible (MVP) y umbrales de mínima diferencia perceptible (MDP). Los primeros (MVP) se miden variando uno de los parámetros de un sonido (por ejemplo, mediante modulación de amplitud o de frecuencia), mientras que los segundos (MDP) se miden presentando dos señales diferentes al sujeto.

En general se ha considerado que los umbrales (tanto los absolutos como los diferenciales) pueden representarse como un punto definido a partir del cual hay un cambio en la sensación, sea del tipo: la sensación se produce o no; o del tipo: la sensación varía.

En rigor, si se altera de manera continua la magnitud de uno de los parámetros de un estímulo podrá detectarse que no existe un punto sino una zona de umbral. En esa zona las decisiones del sujeto no sólo dependen de la presencia o no del estímulo, lo que consecuentemente permite determinar el umbral para dicho estímulo, sino que las decisiones dependen también de otros factores relacionados con los procesos de toma de decisiones de los individuos. Es decir, hay una zona en la cual el sujeto detecta la presencia o no de la señal independientemente de si la señal está presente o no.

La teoría de detectabilidad de señales fue desarrollada a principios de la década de 1940 por ingenieros en comunicación para analizar la transmisión de información a través de canales de comunicación ruidosos. Fue introducida en la psicofísica (particularmente en la psicoacústica) en la década de 1950.

La teoría de detectabilidad de señales proporciona una base (derivada de la teoría de decisiones estadísticas) para comprender la manera en que los sujetos toman decisiones cuando la presencia del estímulo es incierta. Por medio de ella se trata de separar la sensibilidad al estímulo de esos otros aspectos del proceso de toma de decisiones.

4.3.- Gusto y Olfato

LOS SENTIDOS DEL OLFATO Y DEL GUSTO son quimiosentidos y pertenecen al sistema químico sensorial.
Los procesos del olfato y del gusto son complejos. Éstos empiezan cuando se liberan moléculas por medio de sustancias que estimulan las células sensoriales en la nariz, la boca o la garganta.
• Las células nerviosas olfativas son estimuladas por los olores. Estas células se encuentran en el tejido localizado en la parte superior e interna de la nariz y están conectadas directamente con el cerebro.
• Las células nerviosas gustativas son estimuladas por el sabor de los alimentos y bebidas. Estas células están localizadas en la papillas gustativas de la boca y la garganta.
Estas células sensoriales transmiten mensajes al cerebro a través de los nervios, donde se identifican olores y sabores específicos.
Otro proceso quimiosensorial, llamado sentido químico común, también contribuye al gusto y al olfato. Estas células alertan al cerebro de sensaciones tales como el calor (como el de los pimientos) o frío (como el mentol).

¿Cómo interactúan el gusto y el olfato?
LOS IRRITANTES DEL GUSTO, OLFATO Y quimiosensoriales se perciben a menudo como mezclas en alimentos o bebidas.
Un ejemplo común es la sensación de ardor que se experimenta al comer alimentos muy condimentados. En este caso, el nervio trigémino lleva información sensorial sobre la irritación quimiosensorial detectada en boca y garganta, mientras que otros nervios llevan información sobre sabores y olores detectados en otras partes de la boca y la nariz. Todas estas sensaciones se combinan en el cerebro para producir lo que se conoce erróneamente como el "sabor" de un alimento en particular. De hecho, las sensaciones combinadas forman el "sabor" que incluye no únicamente sabores, también olores junto con la irritación quimiosensorial.
Naturalmente, la interacción de sabor, olfato e irritación quimiosensorial es un tema de interés para investigación en el Centro.
El funcionamiento normal del olfato y el gusto juega un papel vital en la nutrición así como en la selección de los alimentos, por ello es importante en el mantenimiento de una adecuada calidad de vida de las personas. El olfato y el gusto están inter-relacionados muy cercanamente.
Una disminución de la función de un sentido, a menudo afecta la función del otro sentido. De hecho, las quejas de pérdida de gusto generalmente reflejan una disfunción olfativa más que gustativa. Las carencias en estos sentidos no solamente reducen el placer y gusto de los alimentos, sino también pueden llevar a envenenamiento por alimentos o a una sobre-exposición a agentes dañinos ambientalmente que de otro modo podrían detectarse por el olfato y gusto.
Los investigadores en el Centro están explorando los factores que influyen en cómo los individuos perciben y responden a los irritantes quimiosensoriales, y cómo interactúan los distintos irritantes.
La irritación quimiosensorial es la detección de irritantes químicos en la boca y nariz, o en la piel misma. Este sistema es anatómicamente independiente de los sentidos del gusto y del olfato.
La detección de la irritación quimiosensorial puede también servir como una señal de alerta para la detección de estímulos potencialmente dañinos.
Sin embargo, las sensaciones de irritación –como cáusticas, calor, enfriamiento, picor, etc. – son en algunas ocasiones consideradas deseables como características de la percepción de ciertos alimentos, bebidas, y productos medicinales.

SE HA ESTABLECIDO QUE NUESTRO SENTIDO del gusto detecta cuatro sensaciones básicas: dulce, salado, ácido y amargo.
Recientemente, se ha desarrollado un mayor consenso por la adición de una quinta clase de sensación gustativa: "umamí".
Algunas veces se describe esto como "pastoso", "espumoso" o "carnoso". En esta sensación de umamí participa la intervención de varias sustancias, incluyendo el aminoácido glutamato. El glutamato se encuentra naturalmente en varios alimentos, incluyendo al pescado, queso, tomates, guisantes, maíz y leche humana y, como glutamato monosódico, es frecuentemente utilizado para aumentar el sabor de algunos alimentos.
Estas cinco sensaciones son el fundamento de pruebas diagnósticas de investigación conducidas en nuestro centro en el que los doctores investigan no solamente aspectos fundamentales como el detectar cada una de estas sensaciones y cómo se transmiten hacia el cerebro, sino aspectos más complejos como trastornos genéticos en la percepción individual de la percepción gustativa, supresión e incremento en la percepción, subcategorías del gusto y localización de áreas del gusto dentro de la cavidad oral.

4.4.- Tacto

El llamado sentido del tacto es un sistema complejo de captación de información del contacto con los objetos por parte de la piel, pero es más intrincado de lo que se suponía, por lo que Gibson propuso denominarle sistema háptico, ya que involucra las tradicionales sensaciones táctiles de presión, temperatura y dolor, todo esto mediante diversos corpúsculos receptores insertos en la piel, pero además las sensaciones de las articulaciones de los huesos, los tendones y los músculos, que proporcionan información acerca de la naturaleza mecánica, ubicación y forma de los objetos con los que se entra en contacto. El sistema Háptico trabaja en estrecha coordinación con la sinestesia que permite captar el movimiento de la cabeza en el espacio (rotaciones y desplazamientos) y combinando con la propiocepción, que son las sensaciones antes mencionadas, relacionadas con los músculos, los tendones y las articulaciones, permite captar el movimiento del resto del cuerpo, con lo que se tiene una percepción global del movimiento corporal y sin relación con el contacto con los objetos.

El proceso de la percepción, tal como propuso Hermann von Helmholtz, es de carácter inferencial y constructivo, generando una representación interna de lo que sucede en el exterior al modo de hipótesis. Para ello se usa la información que llega a los receptores y se va analizando paulatinamente, así como información que viene de la memoria tanto empírica como genética y que ayuda a la interpretación y a la formación de la representación.

Este es un modelo virtual de la realidad que utiliza la información almacenada en las energías, procedimientos internos para decodificarlas e información procedente de la memoria que ayuda a terminar y completar la decodificación e interpreta el significado de lo recuperado, dándole significado, sentido y valor. Esto permite la generación del modelo.

Mediante la percepción, la información recopilada por todos los sentidos se procesa, y se forma la idea de un sólo objeto. Es posible sentir distintas cualidades de un mismo objeto, y mediante la percepción, unirlas, determinar de qué objeto provienen, y determinar a su vez que este es un único objeto.

Por ejemplo podemos ver una cacerola en la estufa. Percibimos el objeto, su ubicación y su relación con otros objetos. La reconocemos como lo que es y evaluamos su utilidad, su belleza y su grado de seguridad. Podemos oír el tintineo de la tapa al ser levantada de forma rítmica por el vapor que se forma al entrar en ebullición el contenido. Olemos el guiso que se está cocinando y lo reconocemos. Si la tocamos con la mano percibimos el dolor de la quemadura (cosa que genera un reflejo que nos hace retirar la mano), pero también el calor y la dureza del cacharro. Sabemos donde estamos respecto al objeto y la relación que guarda cada parte de él respecto a ella. En pocas palabras, estamos concientes de la situación.

Entonces, como se indicó antes, la percepción recupera los objetos, situaciones y procesos a partir de la información aportada por las energías (estímulos) que inciden sobre los sentidos.

Para hacer más claro esto veamos el caso de la visión. Este sistema responde a la luz, la reflejada por la superficie de los objetos. Las lentes del ojo hacen que, de cada punto de las superficies visibles, esta se vuelva a concentrar en un punto de la retina. De esta forma cada receptor visual recibe información de cada punto de la superficie de los objetos. Esto forma una imagen, lo cual implica que este proceso está organizado espacialmente, pues la imagen es una proyección bidimensional del mundo tridimensional. Sin embargo, cada receptor está respondiendo individualmente, sin relación con los demás. Esa relación se va a recuperar más adelante, determinando los contornos y las superficies en su configuración tridimensional, se asignarán colores y textura y percibiremos contornos no visibles. Se estructurarán objetos y estos serán organizados en relación unos con otros. Los objetos serán reconocidos e identificados.

Este proceso se dará con la constante interacción entre lo que entra de los receptores, las reglas innatas en el sistema nervioso para interpretarlo y los contenidos en la memoria que permiten relacionar, reconocer, hacer sentido y generar una cognición del objeto y sus circunstancias. Es decir se genera el modelo más probable, con todas sus implicaciones para el perceptor.

La percepción está en la base de la adaptación animal, que es heterótrofa. Para poder comer las plantas u otros animales de los que se nutren, los animales requieren de información del entorno que guíen las contracciones musculares que generen la conducta, que les permite acercarse y devorar a su presa (planta o animal).

De este modo, la simple respuesta a las sensaciones, es decir al efecto directo de los estímulos, no fue suficiente; la evolución desarrolló paulatinamente formas de recuperar la implicación que tenían los estímulos en relación a los objetos o procesos de los que provenían; formándose así los procesos preceptúales.

Al contar con un sistema nervioso eficiente, este se empieza a usar para otras funciones, como el sexo, la sociabilidad, etc. Por ello, la percepción es un proceso adaptativo y base de la cognición y la conducta.

4.5.- Vestibular y cenestésico


Unidad V.- Percepción figura fondo

5.1.- Leyes de la gestalt

Ya hemos discutido anteriormente que la Gestalt es un principio y una escuela. Como principio, esta escuela promueve la idea de que el todo es más que la suma de sus partes. Con ello pretenden destacar la importancia de lo que aporta a la percepción el sujeto que percibe, en términos de cómo organiza la información sensorial. Algunas de las leyes de percepción de la Gestalt se presentan a continuación

B- Leyes o principios Gestalt sobre la organización perceptual

1- Relación fondo - figura: Principio Gestalt que pretende explicar nuestra capacidad de percibir formas. Según el mismo podemos percibir formas en tanto un conjunto de estímulos (denominados figura) sobresalen de otro conjunto de estímulos que no sobresalen (denominado fondo)

2- Ley de cierre: Tenemos la tendencia a unir partes que no están unidas con el propósito de percibir una figura completa

3- Ley de proximidad: Tendencia perceptual a agrupar juntos objetos que están próximos (o sea, unos cerca de otros)

4- Ley de similaridad: Tendencia perceptual a reunir o agrupar objetos que son similares en apariencia

5- Ley de continuidad: Tendencia perceptual a dar continuidad a figuras discontinuas con el propósito de percibir una totalidad con sentido.


6- Fenómeno phi: También conocido como percepción aparente de movimiento. La presentación secuencial de un estimulo da la impresión de que el estimulo se esta moviendo. Por ejemplo, cuando se prenden de manera secuencial las luces alrededor del escenario en los espectáculos de circo.

5.2.- Percepción de la forma

La percepción visual de la forma se fundamenta en la información recibida por los micromovimientos del ojo que siguen el contorno del objeto y que posibilitan la formación de la imagen de la forma del objeto en la retina. Además de este mecanismo, la estructura de la retina garantiza la percepción de la distinción figura/fondo, lo que facilita en grado sumo la percepción de la forma: el hecho de que en la fóvea se concentran los fotorreceptores en relación a la periferia y de que al enfocar un objeto o figura ésta se recibe en la parte central y los objetos circundantes caen en la periferia y se distinguen borrosamente, coadyuva a la percepción del contraste figura/fondo.

Unidad VI.- Percepción de orden superior

6.1.- Percepción del color

Podemos entender una constancia perceptual como una tendencia del cerebro a establecer una consistencia cuando la información sensorial parece indicar lo contrario. Dicho de otra forma, el cerebro indica que algo sigue igual aun cuando la información sensorial indica cambios. Las constancias son importantes para mantener el orden en percepción. Algunas constancias preceptúales se presentan a continuación

1- Constancia de tamaño; Si miramos un objeto que se aleja, el tamaño del mismo va disminuyendo, o sea, se va viendo mas pequeño. Sin embargo, ante ese cambio en la información sensorial, el cerebro no se equivoca y sabe que el objeto sigue siendo del mismo tamaño

2- Constancia de forma: Cuando miramos un objeto desde diferentes ángulos, la forma en que el mismo se proyecta en la retina varía. Sin embargo, el cerebro entiende que se trata del mismo objeto, que no ha variado en su forma, a pesar de que la imagen que se proyecta en la retina cambia.

3- Constancia de color: El color de los objetos puede experimentar algunas variantes en función del tipo y cantidad de luz que incida sobre este. A pesar de tales variantes el cerebro mantiene la idea de que el color sigue siendo el mismo y lo sigue percibiendo como tal.

4- Constancia de brillo: Es la misma idea que el anterior, solo que se refiere al brillo en vez del color.

6.2.- Percepción del movimiento

Para la percepción visual del movimiento existen dos mecanismos básicos que informan del movimiento del objeto enfocado por el ojo (Woodson, W. E., op. cit. Y Petrovsky, A., op. cit.): 1) el sistema del movimiento ocular y; 2) el sistema retinal.

1.- Sistema del Movimiento Ocular. El ojo sigue al objeto por medio de la acción de los músculos que mueven al ojo, permaneciendo estacionaria la imagen en la retina. Esta misma acción de los músculos informa al cerebro el movimiento del seguimiento del objeto.
2.- Sistema Retinal. La imagen del objeto se mueve por la retina y los conos y los bastones informan a lo largo del camino, cuando la mirada se mantiene fija en un objeto.
De cualquier forma, el movimiento es percibido por el ser humano si la velocidad del objeto en movimiento es superior a los umbrales de agudeza visual. Si esto no ocurre no se percibirá el movimiento, sino sólo su producto final como es en el caso del movimiento del minutero en un reloj.

6.3.- Percepción del tamaño, distancia y profundidad

La percepción de profundidad también se le conoce como la capacidad de percibir en tercera dimensión. Básicamente, se refiere a la relación de distancia de los objetos respecto al observador. Existen dos tipos de claves que permiten al cerebro percibir profundidad. Unas se denominan claves binoculares y las otras claves monoculares.

A- Claves binoculares: Se les denomina así porque requieren de la participación simultánea de ambos ojos.

1- Disparidad retinal: Clave binocular que consiste en la diferencia en ángulo según una imagen entra por cada ojo (o sea, según se proyecta en la retina de cada ojo). Esa pequeña diferencia en ángulo es utilizada por el cerebro para calcular profundidad.

2- Convergencia - Clave binocular proporcionada por la tensión en el músculo de cada ojo según se enfoca un objeto cercano.

B- Clave monoculares; Estas claves pueden ser percibidas por un solo ojo a la vez, así que no requieren de la participación simultanea de ambos. Las claves monoculares también pueden ser utilizadas por los pintores para producir el efecto de profundidad en sus pinturas, por lo que también se conoce a las mismas como claves pictóricas. Entre las claves monoculares principales están las siguientes.

1- Perspectiva: Las líneas paralelas al mirarse a la distancia parece que se unen. Esa impresión sirve de clave al cerebro para percibir profundidad.

2- Tamaño relativo: Los objetos más distantes producen una imagen retinal más pequeña. Esa diferencia en el tamaño relativo de la imagen retinal sirve de clave al cerebro para determinar profundidad.

3- Claridad de detalles: Los objetos más cercanos revelan más detalles de su forma que los más lejanos. Esa diferencia en los detalles sirve de clave de percepción de profundidad.

4- Interposición: Cuando un objeto tapa parcialmente otro, se entiende que el que esta oculto esta mas lejos. Esto sirve como clave para percibir profundidad

5- Sombras y tonos: La relacion de un objeto con su fuente de luz y la sombra que genera sirve de clave para percibir profundidad.

6- Gradientes de textura: Objetos más cercanos revelan mejor aspectos de textura que los más lejos, los cuales tienden a verse como más lisos. Esta diferencia en textura sirve como clave para percibir profundidad.

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